Me fastidia, como a todos, cuando algo se me rompe o estropea.
Pero el hecho de que reparar sea hoy en día casi imposible, me cabrea de verdad.
En los dos últimos meses he visto “morirse” en mi casa la cafetera, la impresora, mi teléfono móvil y una máquina de afeitar. Y he descubierto que no puedo arreglarlos a un coste y en un plazo razonables. ¿Por qué?
Hace unos días se lo contaba en detalle a mis amigos de eco-circular. Puedes leer el artículo completo aquí.
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